Proofreading en inglés

En toda traducción debe haber siempre una etapa de revisión y corrección para asegurarnos de entregar al cliente un texto sin ningún tipo de error. Pero existen distintos tipos de corrección: la revisión y el proofreading.

La etapa de revisión

La revisión es una etapa dentro del proceso de traducción que consiste en comprobar que la traducción es fiel al texto original y que no contiene ningún tipo de error gramatical, ortográfico, tipográfico, sintáctico o estilístico. Este proceso lo realiza un traductor diferente al que ha traducido el texto o, incluso, el mismo traductor y suele ser un proceso incluido en la tarifa de la traducción.

¿Qué es el proofreading?

Es muy común pensar que el proofreading consiste simplemente en revisar el texto, pero esta no es la realidad.

El proofreading nos ayuda a confirmar que se ha cumplido el objetivo del texto, que este tenga coherencia y fluidez y que, por supuesto, no contenga ningún error de ortografía y gramática. En esta etapa intervienen tanto la edición como la corrección, mientras que en la revisión no intervienen la edición.

Esta fase consiste en la corrección final de la traducción antes de enviársela al cliente, pero no se fija en que la traducción sea correcta o no, sino en la corrección y solución de problemas que están relacionados con la apariencia del texto, como la sangría, el espaciado entre las líneas, etc. Además de solucionar estos errores, también suele corregir errores ortográficos que se hayan podido pasar por alto en la revisión.

El proofreading conlleva una evaluación crítica, que va desde una revisión más amplia hasta una más específica. En el caso de las traducciones, el proofreader puede analizar si la elección de los términos es la correcta en ese contexto. En el caso de que el texto no sea una traducción, se busca que el texto fluya y suene natural.

Como el proofreading comprueba si se ha cumplido o no el objetivo del texto, se no suele bastar con hacer una sola lectura rápida, sino que se suelen hacer varias pasadas con algo de tiempo entre ellas para dejarlo reposar y poder, así, encontrar fallos que hemos podido pasar por alto.

Algo importante en este proceso es que lo tiene que realizar alguien distinto al traductor. Esto se debe a que así será más rápido y sencillo encontrar los fallos que se hayan podido cometer y, también, se podrá comprobar si el texto se entiende bien y, si este no es el caso, realizar una corrección de estilo para asegurar una mejor comprensión del texto.

Tipos de proofreaders

En el mundo del proofreading existen varios tipos de profesionales, en concreto cuatro:

  1. Proofreader bilingüe. Este tipo es el más habitual. Este profesional domina tanto la lengua de origen como la de destino y se asegura de que la traducción sea fiel al original.
  2. Proofreader monolingüe. Este solo conoce la lengua de destino y, por tanto, se centra en revisar que el texto sea correcto según las reglas de ese idioma.
  3. Proofreader de texto. Este se encarga de textos traducidos antes de que se maqueten o publiquen.
  4. Proofreader de imprenta. Este hace una revisión del texto una vez se ha maquetado para ajustarlo al texto original, es decir, corrige cualquier error que se haya cometido en los títulos, leyendas de imágenes, etc.

Funciones del proofreader de inglés

Los proofreaders de inglés se encargan de revisar y corregir textos en inglés. Las personas que se encargan de realizar estas correcciones suelen ser traductores o lingüistas profesionales de inglés, es decir, personas que cuentan con los conocimientos necesarios para garantizar la calidad de las traducciones en inglés.

Entre sus funciones, los proofreaders se encargan de:

  • Corregir cualquier error que se haya podido cometer y que el corrector no haya visto.
  • Estructurar y maquetar correctamente el texto, según las instrucciones dadas.
  • Modificar la disposición del texto para que sea legible para el lector.
  • Corregir cualquier error de composición o de material ilustrativo.
  • Modificar el texto para que sea coherente, no solo en estilo, sino también en contenido.

El corrector actúa como un segundo par de ojos que comprueba los errores de gramática, ortografía y puntuación. La corrección también tiene funciones importantes que no tiene la corrección de textos: consiste en comprobar el trabajo del maquetista, asegurándose de que se han utilizado los tipos de letra y los estilos correctos, de que la maquetación tiene sentido y es legible, y de que se han respetado las normas de composición (por ejemplo, la separación correcta de los guiones o la ausencia de saltos de línea).



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