Los elevados costes de una mala traducción

En el mundo de la traducción está a la orden del día que los clientes busquen la traducción más rápida y barata sin pensar en la calidad del resultado final. Así, muchos eligen usar traductores automáticos online que no solo son totalmente gratuitos, sino que también te entregan una mala traducción del texto en cuestión de segundos; o eligen traductores con tarifas imposibles. Todas estas personas no se paran a pensar en las consecuencias que puede tener un texto mal traducido.

Consecuencias de una mala traducción

Muchos errores de traducción se pueden ver simplemente como graciosos y no ir más allá de ahí, pero toda mala traducción tiene unos costes muy importantes y, muchas veces, unas consecuencias graves.

Todas las empresas viven de su imagen. Si no dan una imagen de profesionalidad y responsabilidad a los posibles clientes, no las contrataran. Esto se traduce como una gran pérdida de ventas y, así, de dinero. Ahora imaginémonos que la última campaña publicitaria o un documento oficial público de una empresa tiene una mala traducción, ¿qué consecuencias tendría? Los clientes y otras entidades pensarían que la empresa es poco profesional y decidirán dejar de contratar sus servicios, de comprar sus productos o de dejar de hacer negocios con ellos. Por tanto, la empresa podría arruinarse totalmente.

Es verdad que nos hemos puesto en el caso más extremo, pues, en el mejor de los casos, la gente solo se reirá de la mala traducción y quedará como una anécdota, pero la empresa (conociendo ya el error de traducción) deberá volver a contratar los servicios de otro traductor o de otra agencia para retraducir el texto. Esto supone una pérdida de dinero y tiempo para la empresa afectada.

Por otro lado, se puede llegar a dar una mala comunicación. Todos los textos tienen la finalidad de comunicar algo o despertar algo dentro del lector. Una mala traducción puede llegar a hacer que se pierda la finalidad del texto original y, así, puede afectar a la comunicación entre el creador del texto original y el destinatario del texto. Estas consecuencias pueden ser un mal entendido sin más repercusiones o puede tener graves consecuencias como poner en peligro la salud de los consumidores de un medicamento o el encarcelamiento de una persona inocente.

Cómo evitar una mala traducción

Ya hemos visto que las traducciones no son algo que se deban tomar a la ligera. Es muy importante conocer la importancia de una mala traducción y evitarla a toda costa.

Para evitar una mala traducción, lo más importante es nunca hacerlas con traductores automáticos en línea. Los traductores automáticos vienen muy bien cuando una persona está aprendiendo un idioma o para cuando, simplemente, se quiere saber que significa una frase por mera curiosidad. Pero cuando necesitamos una traducción estos traductores cometen errores garrafales. Los traductores automáticos siguen el método de traducir palabra por palabra. Así, nunca tienen en cuenta el contexto y pierden los significados implícitos del texto.

Por tanto, se debe contratar siempre a traductores profesionales con mucha experiencia o con estudios. Para ello, debemos acudir a los traductores freelance o a las agencias de traducción. Pero, aun así, no podemos contratar a cualquier traductor o agencia.

Es esencial elegir a traductores o agencias que trabajen con los idiomas necesarios para la traducción en cuestión y, si son nativos la lengua meta todavía mejor. Esto se debe a que los textos redactados por nativos suenan más naturales y no se ven tan forzados.

Además, deben ofertar el tipo de traducción que se necesita, por ejemplo: sanitaria, jurada o económica. Si contratamos a un traductor o agencia que no está especializada en ese tipo de traducción podemos acabar con una mala traducción.

Algo fundamental es fijarse mucho en las tarifas. Seamos claros, la traducción no es barata. Es un trabajo que requiere mucha atención y tiempo. Por lo tanto, debemos elegir siempre a traductores y agencias que nos oferten tarifas normales. Las tarifas muy bajas muestran que el traductor en particular no le dedicará el tiempo necesario al texto.

También debemos fijarnos en los tiempos de entrega. Es imposible traducir textos de cien páginas de un día para otro. Si algún traductor oferta eso, debemos sospechar que, lo más seguro, use un traductor automático online.

Podemos también fijarnos en si ofertan revisión del texto hecha por otra persona. Esto no es fundamental, pero sí que es recomendable. Revisar un texto escrito por uno mismo es muy complicado y casi siempre se puede escapar algo.

En resumen, querer ahorrarnos tiempo y dinero puede tener graves consecuencias en las traducciones. Es importante que contratemos a traductores profesionales y no caigamos en la tentación de usar traductores automáticos. Una mala traducción no solo hará que gastemos el doble de dinero, sino que puede tener unas grandes repercusiones.



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